¡Pagas la luz o comes!


José Antonio Almazán González
Jubilado del SME
25 de junio de 2011

Con precios que asaltan el bolsillo del pueblo la electricidad se ha convertido en una mercancía de lujo para más de 30 millones usuarios en tarifa doméstica, pero también para la economía de micro, pequeños y medianos empresarios. Este cáncer que carcome la economía popular tiene como origen la creciente privatización de la industria eléctrica nacionalizada iniciada en 1992; e incluyendo ese artero golpe a la economía doméstica que ha sido la Tarifa de Alto Consumo (DAC) decretada por Vicente Fox en febrero de 2002 y una de las muchas promesas incumplidas de Felipe Calderón, en plena campaña electoral en el 2006, al anunciar que iba a bajar el precio de las tarifas eléctricas domésticas.

La inconstitucional reforma de Salinas de Gortari a la Ley de Servicio Público de Energía Eléctrica de diciembre de 1992, en el marco del acuerdo del TLCAN, abrió las puertas a la participación del capital privado en la generación eléctrica alterando radicalmente el concepto de servicio público de energía eléctrica. Desde ese año y en forma creciente lo que era un servicio público, desde su nacionalización en 1960, se convirtió en una pesada carga económica para los usuarios domésticos y en un nicho de fabulosas ganancias para un puñado de grandes trasnacionales eléctricas que hoy controlan el 50% de la generación de electricidad en México. La privatización eléctrica iniciada por un gobierno del PRI la desarrollaron plenamente los gobiernos Panistas de Fox y Calderón con un contundente apoyo legislativo del PRI. Basta echarle un vistazo a las últimas reformas legislativas en materia de fuentes alternativas de energía, bioenergéticos, energías renovables, aprovechamiento sustentable de energía, cuyo denominador común es la entrega del patrimonio nacional eléctrico a las empresas trasnacionales y a grupos económicos oligárquicos como Carso, Grupo México, etc.

Esta política desnacionalizadora ha provocado el incremento excesivo del precio de la energía eléctrica a partir del siguiente esquema: 1) Mediante un pronóstico inflado de crecimiento de la demanda eléctrica (5%) que no corresponde con su crecimiento real de apenas un 1%, se buscó justificar la necesidad de recurrir a la inversión privada, argumentando la falta de recursos estatales, 2) La desmedida e innecesaria inversión de capital privado en la generación eléctrica, provocó que en la última década el margen de reserva eléctrica ( diferencia entre la capacidad de generación y la demanda máxima) creciera en forma irracional manteniéndose en promedio arriba del 43%, cuando el rango internacional es de entre un 6 y un 27%, 3) la mayor parte del capital privado invertido en la generación eléctrica se hizo en plantas movidas por gas, cuyo precio internacional sigue a la alza e indexado al precio de la energía eléctrica que vende CFE. 4) Mediante contratos depredadores y leoninos se le impuso a CFE comprar la energía que producen las plantas privadas a precios elevados, la use o no la use; subutilizando o de plano cerrando sus propias plantas de generación. 5) Como puede comprobarse en la Prospectiva del Sector Eléctrico 2010-2025 CFE planea dar de baja más de 140 centrales de generación todavía con vida útil y rentables que representan una capacidad de más de 11 mil MW, aproximadamente una quinta parte de la capacidad total de generación eléctrica actual, con el claro propósito de seguir favoreciendo la instalación de nuevas plantas privadas de generación. 6) Además de impedir la inversión directa de CFE en la generación, se bloqueó su participación en fuentes de generación más baratas y limpias, como la eólica. La suma de estos y otros factores incrementaron brutalmente los costos en la generación eléctrica, provocando que el precio de la tarifa eléctrica doméstica sea actualmente una de las más caras del mundo y en los hechos está provocando una huelga de pagos en todo el país.

Las nefastas consecuencias de la privatización eléctrica están a la vista de todos, de 2001 a 2011 el precio promedio de la tarifa doméstica se ha incrementado en 107% mientras la inflación aumentó un 55% y los salarios mínimos solo un 48.2%. Si a ello agregamos el impacto devastador de la Tarifa de Alto Consumo (DAC), que en el mismo periodo se incrementó más de un 400%, se entiende perfectamente porque cada mes más de 30 millones de familias se colocan en la disyuntiva de pagar la luz o comer; particularmente los usuarios eléctricos de las regiones de verano muy cálido. Los únicos beneficiados son las trasnacionales eléctricas con ganancias que a diciembre de 2009 ascendieron a 268 mil millones de pesos y para los próximos 30 años ascenderán a 1.32 billones de pesos. Mientras CFE avanza hacia la quiebra técnica.

Este flagelo que corroe la economía del pueblo requiere cirugía mayor. Recuperando el concepto de “precio justo” con el que nació la CFE en 1937. Energía eléctrica gratuita para aquello usuarios con consumos bimestrales de 200 Kwh. Reducción del precio de la tarifa doméstica en un 50% y congelamiento hasta en tanto se reformen diversas leyes que regulan el precio y el subsidio eléctrico, a la fecha controlados por la SHCP del Sr Cordero. Suspendiendo los ilegales cortes de luz. Acabando con los cobros locos e injustificados de CFE. Echando abajo los ilegales medidores de prepago. Derogando de inmediato la tarifa DAC y frenando y revirtiendo el proceso de desnacionalización-privatización de la industria eléctrica. Creando un nuevo organismo público eléctrico en la zona de LyFC. Los Neoliberales dicen que esto es imposible, el pueblo dice “si se puede”.