Crónica: Día 86 de la huelga de hambre de Cayetano Cabrera


W Radio | Julio 19 de 2010

Por Yadira Rodríguez

México.- La huelga que iniciaron trabajadores del SME cumplió 86 días. Cayetano Cabrera es el único que desde le 25 abril no prueba alimentos. Los médicos dicen que ha entrado en una fase en la que está en riesgo de un infarto. Su vida ahora depende de un tanque de oxígeno, igual que la de Miguel ángel Ibarra. Ya ninguno de los dos hablan, las visitas son restringidas. Sólo los médicos conversan con Cayetano y Miguel Ángel los dos ex trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del Centro que más han resistido sin comer.



Cayetano Cabrera Esteva lleva 86 días sin comer. Su respiración es lenta. Su cuerpo cada vez es más débil. Ya pràcticamente no puede hablar.

Cayetano es uno de los 14 ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro que están en huelga de hambre, para obligar al gobierno federal a que los reinstale en su puesto de trabajo. Una lucha en la que no hay marcha atrás y en la que sólo la admiración a Cayetano los hace seguir adelante, dice Alejandro, quien lleva 32 días sin comer.

"Admiración es lo único que se siente y ganas de seguir con esto hasta que se logre algo o primero si pasa lo peor, estamos concientes de esto. No tenemos miedo".

Las familias de los huelguistas de hambre tratan de entender aunque no lo aceptan, narra Marta, quien desde hace 86 días está en el campamento.

"Ves el dolor de sus familias, de nuestros compañeros. Nuestro dolor porque no nos explicamos por qué el señor Calderón no escucha los lamentos del pueblo. Está tenso el movimiento, el ambiente. La preocupación por los compañeros que están muy delicados. Muy débiles".

Cayetano o el ingeniero como le dicen sus ex compañeros de luz y fuerza reposa sobre un catre. Su camisa roja deja ver las costillas. Su cuerpo ya no tolera la miel y el suero ya no lo hidrata. Ahora sólo lo mantiene vivo un tanque de oxígeno, reveló a W Radio una de las enfermeras, quien pidió omitir su nombre. Cayetano ya prácticamente no abre los ojos.

En el campamento en el que está desde hace 86 días en huelga de hambre reina el silencio. Afuera los rostros de preocupación y dentro una enfermera lo cuida prácticamente las 24 horas del día. Hay dos médicos de guardia. Uno en las mañanas y otro por la noche.

Sobre una lona, que lo separa de Miguel Ángel que lleva 82 días sin probar alimento, cuelga una pancarta en la que dice quizá me verás morir, pero nunca me verás de rodillas y una foto, es el Cayetano enérgico que llegó hace 86 días acompañado por su esposa. Hoy el panorama es totalmente distinto.

Así lo narra Marta López: "el ingeniero Cayetano lo veo fuerte en su espíritu. Ahorita yo veo que su cuerpo ya perdió muchísima fuerza. Como entró a la fecha está muy desgastado. Lo he visto cómo ha decaído por taquicardias, también está propenso a un paro. Realmente ya lo veo yo en decadencia. Estamos al pendiente nada más".

Pero Cayetano hoy estuvo tranquilo. El susto lo dio Miguel Ángel que lleva 82 días en huelga de hambre. Estuvo a punto de sufrir un paro cardiaco. Sobre una de las lonas que hay en el campamento se ve su foto. Un Miguel Ángel fuerte, sonriente, que nada tiene que ver con la imagen de ahora, un hombre débil, que depende de un tanque de oxígeno para respirar y que ya prácticamente no abre los ojos. No se mueve.

Frente a Miguel Ángel un televisor que ya ni si quiera se prende. Detrás de Cayetano un globo rojo, que dice el gran corazón del SME.

Detrás de los 14 huelguistas de hambre, una exigencia: que los restituyan en su fuente de trabajo.

Detrás del movimiento 86 días de huelga de hambre. Dos médicos de guardia. Al menos dos enfermeras por turno. Cinco personas en el hospital y cada vez más hermetismo, más silencio.