La noche en la que la Ciudad de México casi se queda sin luz


Por Hanako Taniguchi
Domingo, 10 de octubre de 2010

CIUDAD DE MÉXICO (CNNMéxico) — Para muchos mexicanos, la noche del 10 de octubre del 2009 fue de celebración. Con cuatro goles contra uno, la selección nacional de futbol había salido victoriosa en el partido contra El Salvador, con lo que había asegurado su pase al Mundial de Sudáfrica de 2010. Sobre las grandes avenidas de todo el país, jóvenes y viejos caminaban ondeando banderas de México de todos los tamaños; los autos tocaban con el claxon el tono de cinco tiempos que en este país se usa para festejar. Era sábado y la fiesta comenzó minutos después de las siete de la noche. Para los más de 44,300 trabajadores de la empresa Luz y Fuerza del Centro, la celebración duró poco.


Alrededor de las 10 y media de la noche, en los noticieros nocturnos, las imágenes de policías federales frente a instalaciones y oficinas de la paraestatal provocaron que los empleados y los 22,000 jubilados comenzaran a llamarse por teléfono y a enviarse mensajes de texto peguntándose entre ellos: "¿Qué pasó?", "¿Por qué nadie nos avisó?", "¿Y ahora cómo le vamos a hacer?".

Pasadas las 11 de la noche, el teléfono celular de Horeb Hernández sonó avisándole la recepción de un mensaje. Era un colega que le decía: "Prende las noticias, córrele".

Extrañado, prendió el televisor y vio que varios edificios de la empresa en la que había trabajado durante 22 años estaban rodeados de policías vestidos de azul marino. Algunas partes estaban cercadas por vallas metálicas.

"Inmediatamente me fui. Yo vivo más o menos cerca de donde era el edificio de Luz y Fuerza. Salí corriendo en carro para allá, al edificio en avenida Marina Nacional", dice en entrevista.

A su llegada, un colega que había trabajado esa noche le sugirió no acercarse mucho.

"Allá adentro el gobierno se preparó con todo, hay el armamento que no te imaginas", le dijo.

El presidente Felipe Calderón había decidido decretar la desaparición de la empresa estatal autónoma Luz y Fuerza del Centro a partir del primer minuto del 11 de octubre.

El anuncio oficial no se emitió sino hasta el día siguiente, a través de la publicación en el Diario Oficial de la Federación del Decreto por el que se extingue el organismo descentralizado Luz y Fuerza del Centro y un mensaje del mandatario.

Calderón justificó la abrupta desaparición del organismo al argumentar que su existencia era económicamente insostenible por los adeudos y el costo que implicaba tener cada vez a más empleados. Lo declaró en quiebra.

Bastó una semana para que los logos de Luz y Fuerza fueran desmontados y reemplazados por los de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa que la sustituyó en el servicio que ofrecía.

Los antecedentes de Luz y Fuerza del Centro se remontan a finales del siglo XIX, cuando la compañía canadiense The Mexican Light and Power Company obtuvo la concesión para generar, transmitir y distribuir energía eléctrica en la Ciudad de México.

Tras la nacionalización de la industria eléctrica en 1960, el gobierno federal intentó disolver Luz y Fuerza en 1974, pero según el decreto de extinción, por “diversas causas extrajurídicas”, no se pudo concretar la medida.

La toma de Luz y Fuerza

Los altos mandos de la Policía Federal Preventiva (PFP) habían sido alertados previamente sobre la determinación de desaparecer la dependencia y el presidente les solicitó resguardar los inmuebles de la paraestatal considerados como estratégicos para la zona centro del país.

Alrededor de las 22:00 horas, los policías entraron a los 489 centros de operación y ordenaron a los empleados que trabajaban esa noche salir de los edificios.

"A ver, manos en alto. Levántense de sus asientos sin tocar nada", les dijeron mientras apuntaban con fusiles y pistolas a los empleados. Inmediatamente después, los asientos vacíos fueron ocupados por ingenieros de la CFE, que ahí mismo comenzaron a estudiar las máquinas que nunca antes habían visto o utilizado.

Según un funcionario de alto nivel de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP), el operativo policial se hizo con el fin de evitar que los trabajadores bajaran el switch y dejaran sin luz a los 6 millones de usuarios en el Distrito Federal y diversos municipios del Estado de México, Hidalgo, Puebla y Morelos.

Políticos de izquierda como Cuauhtémoc Cárdenas bautizaron la toma de Luz y Fuerza por elementos de la PFP como el sabadazo. Cuestionaron al gobierno federal por haber aprovechado los festejos futboleros para desviar la atención sobre la desaparición del organismo.

De acuerdo con cifras oficiales, las quejas de los usuarios de Luz y Fuerza crecían cada vez más y las deudas de la paraestatal también iban en aumento.

"Los costos de Luz y Fuerza del Centro casi duplican a sus ingresos por ventas; de 2003 a 2008 registró ingresos por ventas de 235,738 millones de pesos (casi 19,000 millones de dólares), mientras que sus costos fueron de 433,290 millones de pesos (casi 35,000 millones de dólares)", se detallaba en el decreto oficial.

A un año de la desaparición de la dependencia, más de 18,000 ex trabajadores –alrededor del 40%– aún no han recogido su liquidación. Ex empleados del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) hicieron una huelga de hambre que duró 88 días y amenazan con reanudar las movilizaciones.