“Estaban listas requisa y órdenes de captura”: Martín Esparza


Convencido, resalta que los que no se han liquidado ya no lo van a hacer.

Jaime Contreras

CIUDAD DE MÉXICO, 10 de octubre.- Lo primero que cruzó por la mente de Martín Esparza, la noche del 10 de octubre del año pasado, dice ahora, cuando le avisaron telefónicamente que “nos habían dado un golpe de Estado al sindicato. Fue un acto para legitimar al gobierno de Felipe Calderón”.



“Entra uno en una situación difícil, porque el Ejército, las Fuerzas Armadas, tomaron por asalto las instalaciones —ya sabemos que fueron 27 mil elementos en total—, pues deja en la mente de todos coraje, rabia, mucha impotencia de no recuperar las instalaciones de la misma manera, porque somos trabajadores, no delincuentes.”

El dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, a quien la autoridad laboral no le reconoce legalidad alguna, pero sí la Secretaría de Gobernación, se encontraba esa noche en Hidalgo, su tierra natal, evoca que la administración calderonista “ya tenía preparada la requisa, órdenes de aprehensión contra la dirección del sindicato”, un plan perverso que bajo su óptica “sólo la tiene gente enferma”.

El fondo de problema

Eso en la superficie, en el fondo, juzga Esparza —que aspira a legitimarse por cuatro años más al frente del SME si se repone el proceso electoral interno—, estaba la empresa de fibra óptica, que una vez extinguida Luz y Fuerza, abrió el camino para que la concesión respectiva se otorgara a dos empresas dominantes de las telecomunicaciones: “Televisa y Telefónica”.

Empezaron a meter fibra óptica “por todo el Distrito Federal y la zona de atención con empresas privadas, WL Comunicaciones. Un negocio que le puede dejar al Estado 100 mil millones de pesos por año, se lo dieron en 830 millones a esas empresas”.

La lucha permanece

Otro dato no menos importante, detalla, es que “se necesitaba” acabar con este gremio, uno de los más combativos en la historia del sindicalismo en México, para que sirviera de acicate frente a otros organismos similares, sobre todo ante la búsqueda de la llamada “reforma laboral” que enarbola el gobierno de la República.

Eso falló asevera Esparza y ni hablar, en este momento: “hoy vemos que hay más de 30 mil demandas ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, de los que optaron por la vía de la liquidación (28 mil se liquidaron, ha dicho el gobierno), que no fue liquidación, fue renuncia voluntaria a los derechos al trabajo, y avalados por la JFCA.”

En este lapso, observa, ha habido de todo, desde la solidaridad de miles en pro de su lucha, hasta dos huelgas de hambre de varios de sus compañeros y compañeras, junto a “largas del gobierno”, represión en distintas plazas, cambios constantes de los funcionarios en el gabinete, “pero seguiremos con nuestro trabajo por la vía legal y pacífica”, dice.

Los seguidores

Ante una duda, Martín Esparza se muestra contento de que hay más de 16 mil trabajadores de la extinta empresa eléctrica que en este momento se mantienen “en resistencia” a los que se han sumado varios miles más “que ya se habían liquidado”, incluyendo jubilados “a los que quieren mandar al IMSS cuando toda su vida laboral aportaron a un fondo de jubilación”, que por cierto supera los 90 mil millones de peso, estipula.

Convencido, resalta que los que no se han liquidado ya no lo van a hacer.

“Vamos a aguantar hasta lo último, y lo último será que se restablezca el estado de derecho en el país, la legalidad, y sobre todo, que se nos respete al contrato colectivo de trabajo y al SME.”

No considera válido que Felipe Calderón “se legitime agrediendo un sindicato democrático e independiente”.

Por lo pronto, adelanta e informa: “estamos convocando a la creación de la Liga Nacional de Consumidores en Defensa del Servicio Público de Electricidad”, y eso se hace porque todo indica que se apuesta por la privatización de este servicio, “y eso no puede ser, a través de la fuerza armada y militar”.

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