Un mural colectivo "sublima" la resistencia del SME: César Sánchez


El investigador escribió el libro El poder del Estado mexicano contra los electricistas

Retrato de la burguesía, emplazado en la sede del sindicato, es claro ejemplo de "una política estetizada" o "una estética política" propuesta por el organismo gremial, asegura

Arturo Jiménez

Periódico La Jornada
Martes 28 de septiembre de 2010


Una crónica en la que se entrecruza lo político, lo laboral y lo económico con lo cultural es la que presenta el investigador, escritor y artista visual César Sánchez en un trabajo sobre el movimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) antes, durante y después de la desaparición en 2009 de Luz y Fuerza del Centro por parte del gobierno federal.

Se trata del libro El poder del Estado mexicano contra los electricistas: crónica del asalto del 10 de octubre de 2009 (Bruno Editorial), cuya portada la ilustra el mural colectivo Retrato de la burguesía, ubicado en la sede del SME. El texto cuenta la historia de ese conflicto aún vigente, así como sus antecedentes inmediatos, como la posibilidad de huelga en marzo de 2009 y las posteriores elecciones sindicales.

–En el libro se observa una visión diametralmente opuesta a la que se percibe, por ejemplo, en la radio y televisión predominantes –se pregunta a Sánchez.

–Esa era una de las ideas, pero tal vez no fue la principal. Más bien esa visión se debe a mi experiencia con los trabajadores. Caminé alrededor de seis años con ellos y los dirigentes del SME. Después les propuse crear un archivo del sindicato a partir del estudio de sus procesos históricos y políticos. Es de suma importancia para el sindicalismo nacional e internacional.

Subjetivismo cohesionador

Sánchez se adentró en este movimiento a partir de una investigación sobre el mural Retrato de la burguesía, realizado entre 1939-40 en la sede del SME, a petición del organismo sindical, bajo la coordinación de David Alfaro Siqueiros, los exiliados españoles Josep Renau, Miguel Prieto y Antonio Rodríguez Luna, además de los mexicanos Luis Arenal y Antonio Pujol.

“A partir de eso surgen experiencias y pláticas con los mismos trabajadores. Entonces, la crónica se sitúa y parte de la realidad, no sólo política, sino social, cultural y estética de los electricistas. Mucho se ha hablado en estos momentos de la cuestión política, de la resistencia en el nivel político, laboral y social, pero poco se ha hablado de ese subjetivismo que cohesiona de manera muy fuerte a los electricistas; qué son sus emblemas, su historia.

“Emblemas como El retrato de la burguesía que, como se ve en la crónica, es un protagonista más del libro. Yo diría que llega hasta a sublimar su resistencia en estos momentos. Es por ello que cuento la crónica desde la visión misma del trabajador. No su visión o interpretación, sino su realidad, de la cual los medios de comunicación se han encargado de decir algo completamente diferente.”

Sánchez menciona otras vertientes en las que los electricistas han mostrado inclinación por el arte y la cultura, como la promoción del teatro y la música, con la cercanía de grandes creadores, como Revueltas o Halffter, o la creación de un archivo que documente su historia. Es como sucede con la Cooperativa Pascual, agrega, que también promueve el arte y la cultura. La mezcla de lo político y lo cultural sería una "política estetizada" o una "estética política".

De esa investigación de Sánchez sobre el mural surgió una exposición en 2009 en el Museo de la Ciudad y la publicación de un ensayo dentro del libro Josep Renau 1907-1982: compromiso y cultura (zum sobre el periodo mexicano), editado por la Universidad de Valencia, el Ministerio de Cultura de España y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Acerca de lo que muchos consideran una campaña de odio contra el SME en la mayoría de los medios de comunicación, además, dice, llena de parcialidades, porque no cuestiona las graves irregularidades de dirigencias sindicales como las del magisterio o los petroleros, Sánchez comenta que los electricistas percibían las intenciones del gobierno de Calderón desde mucho antes, aunque nunca pensaron que fueran tan agresivas.

Los dirigentes sindicales mismos decían que había que llevar a cabo más iniciativas culturales con los cuadros sindicales, que funcionaran como protección porque, recuerda Sánchez, "estos cabrones ya están cerca". Y agrega: “Todos se imaginaban que serían acciones sólo para tensar la situación y que el gobierno buscaría aprovecharlas a la hora de llevar a cabo acuerdos y pláticas contractuales, ponerlas en la mesa de negociación y ablandar un poco a los trabajadores y su dirigencia. Pero no se esperaba un golpe como el que se dio.

"Se preveía un golpe así un año antes, cuando en la revisión contractual de 2008 el gobierno calderonista, en una muestra salvaje del poder del Estado, en plenas negociaciones, mandó a la entonces Policía Federal Preventiva a vigilar todos los centros de trabajo. Ahí es cuando ya dicen: este tipo tiene otra forma de actuar."

Sin embargo, plantea, tampoco el gobierno federal se esperaba la amplia resistencia de los electricistas tras el golpe de octubre de 2009, pues "el agremiado al SME es un ser sindical y laboralmente muy insumiso, muy luchón, muy crítico y muy democrático. Entonces, la respuesta fue en el mismo tenor: tú me das, yo te doy, tú rompes, yo rompo".

–¿Cuál fue el motivo real del gobierno de Calderón de desaparecer la compañía luz?

–Lo vi muy claro desde el principio, porque estaba adentro. Fueron 10 años, desde (el ex presidente) Zedillo, que quería llevar a cabo la privatización del sector energético, en específico de Luz y Fuerza. No lo logró debido a la lucha del SME. Ahora, ya con una administración panista y con un tipo al que le gusta entrar a lo bruto, pues ve el momento y entonces da el golpe.

“Ha sido una cuestión muy agresiva y violenta contra los electricistas, porque había mesas laborales de negociación, en todas las secciones sindicales.

"Pero mientras el gobierno decía eso, ya tenía muy firme que sólo esperaría el momento adecuado para dar el golpe. Y eso no es sólo porque se busca una privatización, sino porque hay mucho dinero, por ejemplo, en la concesión y explotación de la fibra óptica. Y quien le entre a ese negocio será el próximo multimillonario mexicano, así de simple."