Necaxa, en riesgo de desaparecer por ignorancia de la CFE sobre el mantenimiento a la presa


JAVIER PUGA MARTÍNEZ

La población y la presa de Nuevo Necaxa están en riesgo de desaparecer debido a que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no le ha dado mantenimiento al túnel que pasa debajo de esta comunidad en la Sierra Norte de Puebla, por lo que podría ocasionar una tragedia.


Algo similar podría ocurrir con el sistema hidráulico de la presa de Necaxa, pues al carecer de regulación por la falta de mantenimiento y la ignorancia en la operación por parte de la Comisión Federal de Electricidad, no se podrán controlar las avenidas de agua durante la temporada de lluvias, poniendo en un grave riesgo a las poblaciones que se localizan aguas abajo de este sistema.

Lo anterior se desprende de la investigación que hizo Mario Govea Sansón, trabajador jubilado de Luz y Fuerza del Centro, quien durante tres décadas laboró como operador del Sistema Eléctrico Central de la hidroeléctrica de este municipio.

Govea Sansón presentó ayer el libro Necaxa, Cuna de la Electricidad en América Latina, en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), como resultado de la preocupación a dos años de que fue decretada la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro.

El texto, realizado en conjunto con la investigadora Catalina García Espinosa, también fue creado como un medio para ayudar económicamente a los ex trabajadores y agremiados al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), pues con la desaparición de su única fuente de trabajo muchos han optado por migrar del pueblo; otros tantos se han suicidado por la severa depresión que les ocasionó ver derrumbada la economía de su familia, según comentó el autor.

En entrevista con La Jornada de Oriente, el también ex coordinador de la Comisión Técnica del SME subrayó que tras el inconstitucional decreto de extinción de la compañía las instalaciones de la hidroeléctrica se han deteriorado severamente, lo que pone en un grave riesgo a toda la región de Nuevo Necaxa, mismo que las autoridades estatales y municipales ignoran totalmente.

Señaló que esto se ha transformado en una tragedia social en toda la región, desde Huauchinango, en Puebla, hasta Poza Rica, en Veracruz, ya que en todo este corredor que interactuaba con los electricistas de Necaxa y que era principalmente comercial se vino abajo, pues no hay otras fuentes de ingreso.

“Todos los que trabajamos ahí sabemos de la dificultad para operar esas máquinas; es un sistema en cascada de tres plantas que va generando electricidad y se reembalsa. Es una industria que nació en 1903 con la Mexican Light and Power Company, que se nacionalizó en 1960; en 1974 se integró a la CFE, y posteriormente nace Luz y Fuerza del Centro, pero nunca se cumplió todo lo que se le prometió a esta empresa para que operara por sí sola. Siempre fue la caja chica de la CFE”, señaló el investigador.

Electricidad comprada
cara, pero vendida barata

Agregó que la población desconoce la campaña de desprestigio que se utilizó contra Luz y Fuerza del Centro, pues a través de la televisión, principalmente, el presidente Felipe Calderón afirmó que a esta compañía se le entregaban 42 mil millones de pesos para privilegio del sindicato.

“Lo que Calderón nunca aclaró es que por parte de la Secretaría de Hacienda se le obligaba a otorgar 57 mil millones de pesos para las tarifas y esos 42 mil millones eran parte del subsidio que otorgaba a la empresa. Es decir, la propia Federación le autorizaba, benévolamente, endeudarse a Luz y Fuerza con 15 mil millones, por que no le regresaba todo lo que Hacienda le obligaba a dar como subsidio”, agregó.

Las tarifas por el cobro del servicio de energía eléctrica eran fijadas por la propia Hacienda, no por la compañía, pero el precio de la producción de energía lo fijaba arbitrariamente la CFE, destacó Govea Sansón.

Así, el precio de la venta de energía para los consumidores comunes era 27.4 por ciento más caro que lo que Hacienda le permitía venderlo a los consumidores de industrias, relató el autor. En otras palabras, se trataba de una empresa que vendía barata su electricidad, pero la compraba a precios elevados.

“Nunca se le permitió a Luz y Fuerza del Centro aumentar su parque de generación, y se quedó con el mismo que tenía desde 1903. Sólo era autosuficiente para producir 4 por ciento de sus necesidades. 96 por ciento restante se lo tenía que comprar a la CFE”, relató.

Así, las pérdidas que tenía la compañía le eran contabilizadas absolutamente todas mientras que a la CFE sólo le costaban las pérdidas técnicas. En las estadísticas de los últimos 20 años, la CFE aparece sólo con 10 por ciento de pérdidas, mientras que Luz y Fuerza llegó a tener 32 por ciento, abundó.

Sin embargo, en los dos últimos años desde que llegó la CFE a hacerse cargo de Nuevo Necaxa no sólo no se da abasto, sino que sus pérdidas han crecido todavía 2 por ciento más, indicó.

El autor recalcó que “la empresa de clase mundial” –como se autodenomina la CFE– está haciendo mal uso de las presas de esa región, la cual tiene tres divisiones: una en la parte alta, que son las presas de Los Reyes, Laguna y Necaxa; la segunda división, que aprovecha el río Lajajalpan, con las presas de Nexapa y Tenango, mientras que la tercera división, que es toda una obra de ingeniería excepcional, que tiene una galería de agua filtrante de 30 kilómetros, que comienza en Zacatlán y termina en la presa de Nexapa.

Esta última obra se hizo a principios del siglo pasado, cuando no existía el concreto, y está formada por túneles y canales. Uno de esos túneles conectaba a la presa de Tenango con la de Necaxa, pasando abajo del poblado.

“El problema es que al no ser de concreto, pues éste no se conocía en 1903, las tres cortinas de Nexapa, Tenango y Necaxa fueron construidas en 12 años a base de tierra roja y lodo. Estas permanentemente deben estar húmedas porque de lo contrario se resquebrajarían, con el riesgo de que se lleven a todas las poblaciones, aguas abajo, desde Necaxa hasta Tecolutla, Veracruz”, alertó Govea Sansón.

Aseguró que esto lo desconoce la CFE, que ha operado mal las presas y no le ha dado mantenimiento a los túneles, inclusive del hundimiento total del pueblo de Nuevo Necaxa. Este es el riesgo más grave, que a pesar de que ha sido denunciado, ni la presidencia municipal ni el gobierno del estado han hecho caso.