¡Vámonos con Pancho Villa!


De Resistencia Social

¿Se requiere en México una revolución cultural como la china? Cada vez quedo más convencido de la veracidad de la aseveración marxista de que “la violencia es la partera de la historia”. Con burguesías tan primitivas como la mexicana, la violencia parecería ser el único lenguaje comprensible para ellos.



Los miserables desinformadores de Milenio quedaron chamuscados con el intento de manipulación del admirable electricista Cayetano Cabrera. Tras dedicarse a difamar y calumniar el movimiento y la huelga de hambre electricista desde la cloaca de Milenio, todavía tenían la desfachatez de pretender tergiversar las declaraciones de Cayetano, que dignamente los mandó a tiznar a su madre, ante la hipócrita indignación de Ciro Comes Mierda.

Con Cayetano pretendieron replicar la estrategia de Juanito, para cilindrearlo y llevarlo a abjurar de su valiente lucha para que les reintegren su empleo. El cínico Comes Mierda mandó entrevistar a Cayetano luego de levantado su ayuno. Al cubano disidente Fariñas lo entrevistaba casi a diario, pero a los huelguistas del SME nunca les dieron voz. Así las cosas, que a los desinformadores y calumniadores del movimiento social no les extrañe que cuando la gente se concientice y organice más, los empiecen a cazar en las calles, para agarrarlos a cintarazos en las nalgas, por lo menos, que bien ganado se lo tienen.

Candidatos a juicio popular y a su veintena de cintarazos abundan en Excélsior, La Razón y Milenio. Cualquier chango desinformando desde esas pocilgas bien puede darse por servido si le cintarean las nalgas hasta dejárselas de mandril.

En ese contexto, debe reconocérseles la habilidad en el gobierno federal para el levantamiento del ayuno de los electricistas. Tal vez alguien con tres dedos de frente, previó un escenario catastrófico si al ayuno del SME se adherían más movimientos y figuras como Ignacio del Valle. Un escenario apocalíptico hubiese sido que, por imaginar, algún padre destrozado de la guardería ABC de Hermosillo se hubiera declarado en huelga de hambre en el zócalo. Ahí, la confrontación habría alcanzado rangos de una debacle final para el desgobierno de Calderón. Concediendo sin aceptar que los ayunos de Cayetano e Ignacio del Valle no concitaran todas las simpatías, con un padre de la guardería ABC en ayuno la circunstancia habría significado la derrota del zotaco. Quizá alguien inteligente advirtió de tal riesgo.

Desde Milenio pretendieron manipular a Cayetano para reeditar la farsa del lumpen Juanito. Cayetano los mandó a la tiznada.