Negociar con el SME no implica dar marcha atrás, sostiene Javier Lozano


Pactar la figura de patrón sustituto requiere anuencia de la CFE

Fabiola Martínez

Periódico La Jornada
Sábado 31 de julio de 2010



El secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, dijo que la mesa de diálogo con el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), "sirve sólo para ver cómo les ayudamos a conseguir empleo y atender las quejas".

Señaló, además, que esa ronda de conversaciones en la Secretaría de Gobernación (SG) iniciada el pasado 22 de julio "no implica dar marcha atrás ni violar la ley".

En su cuenta de la red social Twitter, el funcionario advirtió respecto a la versión difundida el jueves pasado en el sentido que el SME tomaría el aeropuerto de la ciudad de México –pese a que los dirigentes sindicales ya se retractaron– que esa acción sería un delito federal y tendría un castigo severo.

Lozano Alarcón es un participante cotidiano y asiduo del Twitter, donde tiene poco más de 5 mil seguidores y se lo convertido en uno de sus canales predilectos para externar opiniones de la dependencia que encabeza, así como para establecer diálogos acerca de sus gustos musicales o literarios.

Desde hace algunas semanas, el tema del SME ha ocupado la mayor parte de sus participaciones y responde a las críticas de quienes le aseguran que haber aceptado sentarse a negociar con el SME significa una debilidad o un retroceso.

En los textos recientes, Lozano argumenta que la situación no es fácil, pero que se mantiene en lo dicho y asegura que el objetivo de la mesa es "ayudar a la gente", pero sin dar marcha atrás.

No se preocupen, le dice a sus seguidores, el diálogo no implica marcha atrás ni violar la ley. Por esta vía asegura que no se puede pactar la figura de patrón sustituto sin la anuencia de la Comisión Federal de Electricidad. El anterior es uno de los reclamos centrales del SME, que busca lograr la reinserción laboral de los cerca de 17 mil trabajadores (de una plantilla de 44 mil) de la extinta Luz y Fuerza del Centro que se niegan a aceptar su finiquito.

En tanto, en el SME avanza el análisis para interponer las denuncias en contra del IMSS por presunta "mal servicio" a los ex huelguistas de hambre.

“Miguel Ángel Ibarra –segundo en antigüedad en la protesta, sólo después de Cayetano– llegó al Centro Médico Nacional a las tres de la mañana y hasta las cuatro de la tarde le empezaron a decir lo que le iban a hacer. En ese lapso, más de 12 horas, lo tuvieron sentado en una silla de ruedas, pese a que tenía 85 días en huelga de hambre”, explicó Pipino Cuevas, responsable de los servicios de salud para los agremiados al SME.

Lamentó las declaraciones previas del subsecretario de Gobierno, Roberto Gil Zuarth, en el sentido de que había un dispositivo para que los huelguistas recibieran la mejor atención. "La verdad fue todo lo contrario; es mentira lo que dice el boletín del IMSS; los médicos trataron de minimizar los síntomas y quejas de Miguel, cuya recuperación está siendo complicada", dijo.

El IMSS no les hizo exámenes a fondo para determinar su estado de salud y la afectación por la prolongada huelga de hambre. "Que nos muestren tales estudios si es que existen", agregó Cuevas.