La Extinción de LFC Tiene que Ver con Todos
Por Carmen Pérez
El decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro es oficialmente un hecho consumado, no importa que miles de trabajadores mexicanos se queden sin empleo, que otros estén en huelga de hambre arriesgando su salud y su vida en pro de una causa justa, tal parece y así se confirma en los hechos, que a este gobierno no le importa nada más que sus propios intereses, entre los cuales está dividir al pueblo para así obtener mejores resultados de ganancias.
Así pasa cuando trata de enfrentar a los huelguistas con los trabajadores, comerciantes y demás personas, cuando utiliza los medios televisivos para hacer creer que esa lucha no es suya, que no tiene nada que ver con México ni con la gente común, cuando lo común va siendo desaparecer cada vez más fuentes de empleo.
Uno de los argumentos que avalaron los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es que económicamente Luz y fuerza del Centro ya no era conveniente para la nación, bajo ese argumento la pregunta es ¿Resulta conveniente el sueldo que se le paga al presidente de México por pasear su cara en Sudáfrica cuando miles de mexicanos no ganan más que el sueldo mínimo? Contando con que tiene prestaciones, bonos, viáticos y una serie de compensaciones económicas su sueldo ascendería aproximadamente a unos 230 mil pesos mensuales, contra $1,500 mensuales aproximados del obrero común.
Aún así, a mucha gente no le interesa lo que pasa más allá de su nariz, mientras haya en el metro ventiladores que riegan agua para refrescarse y televisiones de plasma para ver los comerciales (pues la selección otra vez no dio la talla y por lo tanto pasó al olvido del mexicano), mientras haya garrafones de agua y conitos para los pasajeros, qué más da que el mundo ruede “¡mira tú, tan buenos y esos del SME nomás quejándose!”
Hay muy pocos sindicatos verdaderamente democráticos en México, pero sí muchas grandes empresas haciéndose ricas a costa de los trabajadores. En SORIANA,SUBURBIA,BURGUER KING y demás empresas similares, sin dejar de lado los tan conocidos CALL-CENTER, no se permite la integración entre sus trabajadores, los turnos son alternos y los empleados que se encuentran en la mañana pocas veces coinciden con los de la tarde o los de la noche, sus horarios son extremos debido al poco sueldo que obtienen y que tienen que compensar con horas extras. Ya ni que decir de las pocas, casi nulas prestaciones que con el descuento de los impuestos resultan insignificantes.
Todo esto, para cansar a los trabajadores anímicamente e impedir que se den cuenta de la explotación de la que están siendo objeto y negarles la posibilidad de organizarse en un sindicato que pueda defender sus derechos laborales.
Pero con todo esto, mucha gente aún cree que la lucha del SME es algo ajeno, que no pasa nada, que el país está bien, que por lo menos tenemos empleo, por lo menos…