Desde hace 27 días, casi cien trabajadores del SME iniciaron una huelga de hambre como recurso desesperado en medio de esta batalla contra el régimen calderonista.

El 11 de octubre de 2009, de un solo plumazo y en medio de una crisis económica, el presidente del (des)empleo, Felipe Calderón Hinojosa, privó de sus fuentes de trabajo a poco más de 44 mil mexicanos: decretó la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LyFC), organismo público descentralizado.

El argumento de Felipe Calderón fue que los recursos recibidos por Luz y Fuerza eran cada vez más onerosos sin que se refleje una mejora en la calidad del servicio, sin embargo, es del conocimiento de muchos que el motivo real de este criminal decreto de extinción es la privatización de las redes de fibra óptica que operaba LyFC. En las últimas décadas, la clase política le ha apostado fuertemente a la privatización de los servicios públicos en beneficio de unos cuantos empresarios y en detrimento de la gran mayoría del pueblo mexicano.

Además de los interés privatizadores, criminales a todas luces, la extinción de LyFC representó un golpe al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) en particular- organización que desde hace 95 años se ha caracterizado por ser un sindicato de los más combativos y defensor como pocos de la clase trabajadora en el país-pero sobre todo a los trabajadores de México en general.

A partir de aquel fatídico 11 de octubre se inició una de las luchas más justas y dignas de los trabajadores en México. A la causa del SME se han sumado numerosas organizaciones ciudadanas y sindicales enarbolando la bandera de los derechos laborales.

Las muestras de solidaridad con el SME y con los trabajadores de LyFC no han cesado desde hace siete meses, al igual que no han cesado los ataques al sindicato desde los círculos de poder y los medios de (des)información al servicio de la clase política como Televisa y Tv Azteca en la televisión abierta y Milenio Televisión en los de paga.

Se ha creado un cruel cerco mediático entorno a la lucha de los electricistas mexicanos, esto se traducido mantener silencio respecto a su lucha y cuando se les menciona es para difamarlos y para desinformar a la sociedad mexicana, como cuando los han acusado de sabotear los servicios de electricidad en la Ciudad de México, a pesar de que se ha podido comprobar que los cortes de luz se han producido por la falta de infraestructura y porque la Comisión Federal de Electricidad no ha podido darse abasto desde que se hizo cargo de las plazas que le quitaron a LyFC.

Desde hace 27 días, casi cien trabajadores del SME iniciaron una huelga de hambre como un recurso desesperado en medio de esta batalla contra el régimen calderonista por la defensa de sus fuentes de trabajo, pero sobre todo por pelear por los empleos de todos y todas en México. De esta huelga de hambre, no se ha dicho absolutamente nada por parte de quienes dominan el mercado de las comunicaciones en el país. Han sido muy pocos los medios informativos que le han dado seguimiento a esta lucha y han dado voz a los trabajadores.

A pesar del cerco informativo, las voces de solidaridad con el SME cada día van en aumento, y debemos continuar sumándonos a esta honesta lucha de los trabajadores electricistas. Esta causa no solamente es por los 44 mil mexicanos y mexicanas que perdieron sus empleos hace ya siete meses debido a los intereses privatizadores de Felipe Calderón, es por toda la clase trabajadora del país, es por el futuro de los jóvenes estudiantes que próximamente se sumaran a los mercados de laborales en México, esta causa es también por aquellos mexicanos y mexicanas que durante décadas han luchado y han dejado la vida por los derechos sindicales de todos y de todas, la causa del SME es hoy por hoy la causa de todo México.

Si el SME gana esta lucha, gana toda la ciudadanía en el país; si el SME es derrotado, habrán derrotado a todo México. Hoy más que nunca se hace imprescindible que todos y todas en el país sumemos nuestra fuerza como pueblo, es por ellos, por nosotros y por los que vienen detrás, no permitamos que nos arrebaten nuestro presente y nuestro futuro. El régimen calderonista atentó hoy contra el SME…¿Mañana quien sigue?