El futuro: ¿obreros acasillados desde 2010?


René Lara Ramos
El Sol de Zacatecas
24 de marzo de 2010

Durante los pocos meses que van del año 2010, verdaderos flagelos se han abatido sobre distintos lugares y gentes. Terremotos, tsunami, etc., han sido de efectos devastadores para cientos de miles de hábitats, cuyos ocupantes ya no podrán hacer su vida con el mínimo de la normalidad con la que antes la hacían. Esos desastres naturales, por decir, se suman a las condiciones nada buenas en que sumió al mundo la crisis mundial de un capitalismo, cuya rapacidad semeja a su llamada acumulación originaria del SXVIII, estudiada y difundida por Carlos Marx y también documentada por la literatura, de donde emerge Oliver como el ejemplo paradigmático de cómo era permitido explotar a menores, metiéndolos en talleres o fábricas, bajo el recato legal de evitar que fueran vagabundos.

La modernidad de Calderón H., de su Gabinete y de su partido el PAN, con su propuesta de reforma laboral, hoy reeditan semejante, cuán lamentable, odisea en el plano legislativo. Con una variante, no necesitan siervos, sino esclavos, con la excepción de que los esclavistas no podían eludir enfrentar la manutención de sus esclavos y ahora sí, porque la maldad de esa propuesta radica en ofrecer a los patrones una mano de obra lo más libre posible de compromisos contractuales y organizacionales al fin de crear una vía para que la contraparte, los llamados empleadores o empresarios, obtengan, por supuesto, la mayor ganancia posible, a la que los funcionarios federales actuales son expertos en incrementar, tan sólo por contar con el suficiente poder para dictar condonar impuestos.

La sonrisa socarrona de los empresarios para congratularse por este beneficio, uno más que les ofrece Calderón H., hoy les alcanza para decir que, así sí habrá condiciones para crear empleos. ¿Cuál fue la magia para conseguir enviar al Congreso esta propuesta, a todas luces retrógrada, en lo laboral? Primero fueron las señales, un rudo y rijoso Calderón H., un obsequioso y superbien remunerado ex Secretario de Hacienda, hoy sentado en la posición de Gobernador del Banco de México, gracias al ocultamiento y al desastroso manejo que hizo de la crisis, agregar al troglodita Secretario del Trabajo, todos respaldados por la retórica y la dogmática que vomita a diario el todavía Secretario de Gobernación.

Sin olvidar el apoyo de sus principales beneficiarios de favores públicos, ejemplo de receptores de condonaciones del fisco: los dueños de la televisión en México, maquinaria dedicada a intentar hacer tragar ruedas de molino a los millones de televidentes y radioescuchas, con el encargo fundamental de orientar la opinión por los cauces convenidos y convenientes para desbrozar el camino a las políticas ultra - neoliberales del Gobierno Federal, hoy respaldado por el pionero rematador de bienes públicos Carlos Salinas, prototipo para Calderón H., hoy experto en cometer arbitrariedades públicas y su discípulo más aventajado por la presión de su urgencia hasta hoy inalcanzable como la legitimidad, cuya carencia lo arrojó a una guerra imposible para conseguirla, pero dispuesto a ello, así tenga que dejar el comando y la continuación de esa guerra en manos de la inteligencia y de las fuerzas armadas del vecino país del Norte, por su inoperancia como comandante militar a pesar de las marejadas de spots con que lo favorecen sus patrocinados, los ricos empresarios de la televisión. Expertos en fabricar mentiras con la redundancia de su comunicación y con las distintas formas ideadas por ellos para ¿atar? controlar a la opinión pública nacional. Entre otros recursos, se valen para ello, de mentiras, manipulación, miedo, odio, violencia, censura, rumores, criminalización de las luchas sociales, etc. ¿Cuál es la historia y cuál la actualidad? Antes los gobiernos autoritarios se valían de los medios, sobre todo, la televisión, para sostenerse en el poder.

Hoy los medios, la televisión, influyen ¿en tiempo real? la política y las instituciones. Por ejemplo, aún no se ha dado ante el público con la suficiente amplitud y profundidad el debate sobre la reforma política, cuando ya está el nuevo tema para incrementar la confusión. Una reforma política que no sienta las bases para reformar el autoritarismo presidencial ni suprime sus facultades discrecionales para entregar el patrimonio público, sea el petróleo o la electricidad, mediante contratos otorgados por el gobierno federal, en contra de la letra de la Constitución que sus integrantes juran respetar. O bien, una que impida la entrega del espacio radioeléctrico a monopolios nacionales o extranjeros, o que sea casi regalada la fibra óptica, sin que por ello exista o se dé la posibilidad de someter a juicio a Calderón H. o a sus funcionarios.

Acciones de gobierno punibles que quedan en la impunidad al ser sepultadas por la propaganda televisiva y radiofónica. ¿En dónde están el sustento jurídico y el fundamento real, argüidos por Calderón H. para dictar por decreto la extinción de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro? Arbitrariedad sepultada por la avalancha televisiva y policial sobre el SME, sindicato emblemático a abatir porque, justamente, su política laboral, impulsada y sostenida casi durante 100 años de vida sindical organizada, no sólo era el caso opuesto a la política laboral de Calderón H., sino un mal ejemplo a seguir por aquellos que se resistan a la reforma patronal - laboral que lanzó y sostiene Calderón H. como uno más de sus frentes de batalla a favor de ahondar la rapacidad capitalista bajo el pretexto de superar la crisis. Según los empresarios, México superará la crisis y habrá empleos, si retrotraemos la condición de los peones acasillados para imponerla, como modernidad, a los obreros. Reforma calderonista que muestra, sin límites, la estupidez, la soberbia y lambisconería del secretario del trabajo, ¿qué persigue? Auto-defenestrado Nava, ¿la candidatura presidencial del PAN? Tiempo de sombras esperan a México con personajes tan siniestros que no aciertan a hacer avanzar en la superación a una Nación empobrecida, casi como totalidad, mientras abren cada vez más la puerta para que los ricos empresarios, sigan siendo cada vez más ricos, sin el mínimo cuestionamiento de las grandes mayorías, ¿acalladas por el espectáculo cotidiano de mediatización? ¿Será? Por lo pronto, si algo se inscribe en el horizonte político para los mexicanos, no es otra cosa que más de lo mismo, si regresa el PRI, un PRI, del que no sabemos si recuperará el poder formal para proceder con el mismo autoritarismo de antaño y lo reeditará. O si antes logrará modificar su autoritarismo presidencialista - gubernamentalista.

Si acaso eso fuese posible, el campo de la reforma política sigue abierto, para ellos y sus aliados. ¿Confiarán y se inclinarán más hacia el ciudadano o seguirán con la mira puesta en los amos de la televisión para promoverse, como el mal ejemplo dado por Beltrones, obsequioso - futurista?