Desde septiembre del año pasado, los compañeros electricistas han visto actuar en su contra a todo el aparato estatal. Empezó Javier Lozano, al mando de la secretaría del trabajo, congelando las cuentas sindicales y negándole la toma de nota a Martín Esparza, además de generar división interna. Siguieron el ejército y la policía federal tomando por asalto las instalaciones de la compañía de Luz, mismas que hoy están desmanteladas y saqueadas por los propios militares. Felipe Calderón decretó la extinción de Luz y Fuerza el 11 de octubre del año pasado, y desplegó una salvaje campaña de desprestigio, sin dar ninguna prueba de sus acusaciones contra los trabajadores. Su achichincle Gómez Mont, al mando de la secretaría de gobernación, se ha dedicado cerrar toda posibilidad de negociación real. La cámara de diputados se negó a solicitar un amparo por la inconstitucionalidad del decreto y todas sus decisiones han servido, en los hechos, para proteger al gobierno en este conflicto. El aparato judicial, hasta ahora no ha permitido el avance de ninguna de las reclamaciones y amparos de los abogados del sindicato. Y las televisoras, la mayoría de los periódicos y de los noticieros de radio, pasaron de las calumnias y mentiras contra los trabajadores, al cerco informativo dando por muerto al SME.

Así, han pasado ya más de 8 meses sin que los trabajadores a los que el gobierno les cambió la vida de un plumazo al arrebatarles su trabajo de un día para otro, hayan recibido ningún ingreso. A pesar de ello, miles de trabajadores electricistas han mantenido la lucha, las brigadas, las marchas, la información hacia toda la población y, convencidos de la justicia de sus demandas, siguen exigiendo su empleo y el respeto a su sindicato.

Por eso, un puñado de electricistas inició una huelga de hambre el pasado 25 de abril y en días posteriores para exigirle a la Suprema Corte (SCJN) que resuelva ya este conflicto. Con ello, están demostrando que están dispuestos a todo, hasta poner en riesgo su vida y su salud, por recuperar lo que les fue arrebatado a la mala por un gobierno al que lo que menos le importa son las condiciones de vida de la mayoría de la población.

El gobierno está decidido a dejar en manos privadas la generación y distribución de energía eléctrica y la explotación de la instalación de fibra óptica para la transmisión de señales de TV, teléfono e internet. En el primer terreno, el gobierno ha otorgado cuando menos 800 permisos para la generación de energía por empresas privadas. En el segundo, recientemente le entregó a sus aliados de televisa la concesión para manejar un tendido nacional de fibra óptica a un precio de regalo: pagarán sólo 800 millones, siendo que el tendido le costó al erario público más de 3000 millones, y disfrutarán de exenciones de impuestos y otros estímulos.

Durante décadas, los gobiernos del PRI y el PAN obligaron a nuestros compañeros electricistas a trabajar con equipo obsoleto y en condiciones altamente peligrosas, pero ahora que se prepara la entrega total de estos bienes nacionales a los grandes empresarios, el gobierno ha decidido renovar toda la infraestructura eléctrica del centro del país y acaba de anunciar una millonaria inversión para que diversas compañías privadas hagan ese trabajo.

Los estudiantes cegeacheros hemos estado siempre al lado de la lucha eletricista y hoy llamamos a toda la población a seguir apoyando decisivamente al SME. “Que renuncie Calderón”, se oye hoy en Ciudad Juárez, en Atenco y Oaxaca, en Pasta de Conchos y en Cananea, en el SME, en la UNAM y en tantos otros lugares de nuestro país; esa es una consigna que nos une. Ellos se unen para golpear al pueblo, unámonos nosotros pare derrotarlos y avanzar en la transformación profunda de nuestro país, con los dignos electricistas al frente, y de una vez por todas.

Estudiantes universitarios. Junio de 2010