Racismo en las transmisiones del Mundial de Futbol


Me llena de indignación el ver el racismo y la falta de respeto a la enorme dignidad del pueblo sudafricano y la riqueza de su cultura que prevalece en la difusión del Mundial de Futbol.

Duele ver la frívola referencia a su cultura que invita más al racismo que al respeto y admiración que merece un pueblo ejemplar por su lucha reivindicadora de la dignidad humana que, encabezado por Mandela, acabo con el apartheid y logró admirables cambios hacia la paz y el respeto mutuo.

Escucho el entusiasmo al gritar "goool"; no estoy en contra de eso, pero me indigna el racismo y discriminación que considero generan los videos, espots y chistes que se han divulgado alrededor del mundial, causando daño a la armonía social, lo que contraviene jurisdicciones nacionales e internacionales para prevenir y eliminar la discriminación.

Se ha ofendido con frivolidad al digno pueblo sudafricano y a Mandela, hombre ejemplar de la historia de la humanidad, cuando han recibido al mundial con su enorme riqueza cultural y gran hospitalidad.

Por conocer su compromiso contra el racismo como causa de discriminación, pido a Ricardo Bucio, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, y a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que analicen lo referente y tomen las medidas correspondientes, y al pueblo futbolero en general a no perder en el entusiasmo de los goles su espíritu crítico y conciencia social.

Me indigna además que los reporteros hablen del hambre y la pobreza en Sudáfrica en un tono de presunción, como si en México viviéramos en la opulencia, con un pueblo sin hambre, con trabajo y respeto a nuestro derechos básicos, cuando el Zócalo es una muestra del despojo al derecho constitucional al trabajo con la huelga de hambre de los trabajadores del SME y vibran en el presente violaciones graves como Pasta de Conchos, Atenco, guardería ABC y otras generadas por o ante la indiferencia del Estado, responsable de hacerlos cumplir. No tenemos nada que presumir, señores reporteros.

Adriana Luna Parra