Electricistas de Nicolás Romero se suman a huelga de hambre


Integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas de esta localidad reforzaron este fin de semana sus acciones de resistencia e información para evitar que los usuarios paguen a la Comisión Federal de Electricidad el consumo de luz eléctrica.

Por: MAURICIO MARTINEZ

NICOLAS ROMERO, Méx.- Cuatro trabajadoras de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro de esta municipalidad se sumaron a la huelga de hambre iniciada hace más de 50 días por integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas con el objetivo que las autoridades federales determinen la nulidad del decreto de liquidación de la empresa paraestatal que le ha quitado la fuente de trabajo a más de 44 mil personas.
Durante un mitin de resistencia en las principales vialidades de Nicolás Romero, integrantes del SME anunciaron que cuatro trabajadoras de la LyFC se declararon en huelga de hambre durante 48 horas, desde la tarde noche del viernes hasta el domingo, por lo que este fin de semana se reforzaron los plantones y campaña de información entre la población de esta localidad para que no pague luz a la Comisión Federal de Electricidad y se ampara ante dichos cobros que calificaron como ilegales.
Gaudencio Dionicio Calixto representante del Grupo de Jubilados División San Ildefonso en Nicolás Romero informó que a pesar de los embates de los medios masivos de comunicación para descalificar el movimiento del SME ‘es claro que el gobierno federal vulneró los derechos laborales de los electricistas, por lo que la justicia nos favorecerá pues nos asiste la razón’.
Cabe apuntar que en Nicolás Romero existen más de tres mil familias que vivían de los recursos de la Compañía de Luz y Fuerza pues desde hace más de 100 años existen tres plantas hidroeléctricas que hoy en día siguen funcionando: Tlillan, Fernández Leal y Vicente Villada, ya que a finales del siglo XIX alrededor de 1850 funcionaban tres fábricas textiles: San Ildefonso, La Colmena y Barrón y que representaron la industrialización de la zona pues en la época del Porfiriato el vapor y otros combustibles fueron desplazados por la electricidad y esa modernidad llegó a Nicolás Romero cuando en 1894 el dueño de la fábrica San Ildefonso ordenó construir la planta hidroeléctrica Tlillan cerca del pueblo de San Miguel Hila, aprovechando la inagotable corriente del río que baja desde la Sierra de Monte Alto.

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